martes, 27 de octubre de 2009

¿Qué significa salir de cuarto?


Libertad, dirían muchos. Ya no tienes que ir con el horrible e incómodo uniforme del colegio, tienes un horario menos rutinario y más flexible…y te puedes pintar las uñas sin que un inspector te las revise y te mande a la enfermería a sacarte ese escandaloso color naranja.

Pero para otros, salir de cuarto es lo que, simplemente, siempre soñaron. Abandonar la homogeneidad que se vivía en el colegio, para llegar a una universidad pluralista, donde no todos piensen igual, pero donde por lo menos piensen.

Lo único que quieres es lograr encajar tu lluvia de ideas con la de otros, y poder complementarlas para lograr un mundo algo mejor que el que vivimos hoy en día. Vives tus últimos meses ansioso por ello, y asustado por la posibilidad de no entrar a la carrera que quieres, en la universidad que quieres, con el agravante de la presión social. Porque el que diga que le tiene sin cuidado lo que le diga el resto, que me lo demuestre. De una u otra forma, siempre nos va a presionar un poco lo que nos insistan los papás respecto al estudio, y lo que te ofusque el colegio, el diario, la radio, las revistas, hasta los imprevisibles mensajes de texto imposibles de frenar, llamándote a estudiar para la famosa prueba.

Pero llega un momento en que ni tu más profunda convicción y esperanza de llegar a un mundo nuevo y más equilibrado, sobrevive. Te habías aferrado tan bien a la espera de que la universidad fuera lo que buscabas, que no te diste cuenta de que puede que no sea así. ¿Qué pasa si llegas y sientes que tampoco es tu lugar? ¿Vas a ponerte a esperar a entrar al mundo laboral, porque ahí sí que vas a poder llevar las riendas de tu vida?

Te diste cuenta (tarde, pero lo hiciste) de que quizá era mejor haber aprovechado los catorce años de colegio, sacándoles lo bueno que tenían, sin esperar tanto de la próxima etapa. Así habrías llegado a conocer las cosas tal como son, sin predisposiciones ni desilusiones.

Pero la verdad es que ya estás en ese último mes, al final del camino, y lo único que queda es esforzarse, entrar a la carrera que quieres, en la universidad que quieras, y tratar de ser feliz.

Porque ¿No es eso para lo que venimos al mundo? Para ser felices.

El camino para llegar a serlo es lo que diferencia a unos de otros, pero todos queremos simplemente ser felices.

Espero, sinceramente, que todos lo sean. Y espero, también sinceramente, que todos traten de hacer felices a los demás, y buscar un mundo más justo.