lunes, 17 de agosto de 2009

Intereses

Una cabeza llena de libros vaga tranquila por una habitación. Otra cabeza, llena de bicicletas, se cansa subiendo un cerro. Una tercera, llena de películas, analiza tranquila un largometraje de Woody Allen. Cerca de estas cabezas, pero a la vez muy lejos, una cabeza llena de autos pasea por la ciudad, mirando todos los modelos que pasan. Por su lado avanza una cabeza llena de ideas. Esta piensa en lo personal de los libros, lo etéreo de las películas, lo contaminante de los autos, los incontaminante de las bicicletas. Y piensa, además, en lo misceláneo de las ideas.